Profeta de la catástrofe del sistema financiero internacional
Fidel Castro el veterano guerrillero que encantó al mundo descendiendo de la Sierra Maestra en 1959 para derrocar una dictadura continúa con su misma barba, un poco blanca y rala. En su jeep tiene su eterno fusil de mira telescópica, pero no lo toca. Hoy su montaña es de papeles con los cuales, gracias a una prodigiosa memoria, puede comparar el déficit comercial brasileño con la misma sagacidad con que sigue la precipitación pluviómetra de un campo cañero en la zona oriental de su país.
Fidel en los últimos años se ha convertido en una especie de profeta de la catástrofe del sistema financiero internacional.
Acreedores y deudores están delante de un hierro caliente de cientos de miles de millones dólares y una cosa es cierta: no pueden echarle la culpa a Fidel.