Que nuestra sangre señale el camino de la libertad
Fecha:
13/03/2014
Fuente:
Diario Granma

Concretados los planes, cada organización desarrollaría sus actividades, y el 13 de marzo de 1957, sería el día escogido para llevar a cabo las acciones que marcarían un rumbo diferente para la Cuba revolucionaria: el asalto al Palacio Presidencial y la toma de Radio Reloj.
El objetivo primario sería atacar el Palacio Presidencial en pos de derrocar finalmente a Batista. En este sentido, un grupo arremetería hacia la entrada del edificio, al tiempo que otro lo reforzaría en señal de apoyo; y paralelamente, se realizaría la toma de la radioemisora Radio Reloj, sede desde la que José Antonio Echeverría transmitiría el derrocamiento del tirano e incitaría al pueblo a unirse a la lucha armada en las puertas de la Universidad.
Alrededor de las tres de la tarde, el comando inicial —integrado por 50 hombres— se dirigía al Palacio Presidencial, y casi al mismo tiempo, partiría el grupo asignado a la toma de Radio Reloj, pero aún pensándose que las acciones serían simultáneas, la de la radioemisora tomaría el primer lugar en ejecución.
Una vez Echeverría en Radio Reloj, comienza a leer la proclama que en ese entonces y hoy, el pueblo ha mantenido fielmente en su mente: “Pueblo de Cuba, en estos momentos acaba de ser ajusticiado el tirano Batista…”.
Estas palabras, que resonaron y lograron estremecer a toda Cuba, lamentablemente no coincidieron con lo que realmente aconteció. Luego, y una vez tomada la emisora, José Antonio debía dirigirse a la Universidad, pero justo en una de las calles laterales al centro, su carro fue interceptado por una patrulla de las fuerzas batistianas y saliendo a enfrentar a sus contrincantes y sin temor alguno por su vida, en medio del tiroteo fue cruelmente asesinado.
“Contábamos con un plan muy bueno, y suficiente armamento (…) pero no triunfamos porque nos falló el refuerzo que debía tomar los edificios aledaños al Palacio, para neutralizar la guarnición de la última planta y de la azotea, y darnos la cobertura necesaria para reforzar en hombres y parque al comando (…) La operación era perfecta. Se ocuparon la planta baja y el segundo piso donde estaba el despacho de Batista, que huyó antes de llegar el comando (…) ya con muchos heridos, agotado el parque y sin llegar refuerzos, se desploma la operación”,1 apunta Faure Chomón —uno de los jefes de acción del Directorio— respecto al ataque al Palacio.
A pesar de no haberse alcanzado el objetivo previsto, el heroísmo demostrado por los combatientes del 13 de marzo inquietó la conciencia del pueblo y continuó señalando el camino hacia la libertad como certeramente patentizó José Antonio Echeverría: “Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque tenga o no nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo. Pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzarlo”. 2
1 Palabras de Faure Chomón en Granma Internacional: “El audaz asalto al Palacio Presidencial”, 9,4,1997.
2 Testamento Político de José Antonio Echeverría.